Primera etapa: Rescatar troncos caídos por vejez en los ríos, estanques, terrenos o caminos.
Segunda etapa: Luego de retirar el árbol, se procede a un secado de varios meses.
Tercera etapa: Se asierra el tronco, cuidando lo más preciado y teniendo como objetivo poder acercarse a la belleza que merece, buscando relucir y sorprender como lo ha hecho durante su larga vida.
Cuarta etapa: Se selecciona la pieza con el análisis previo de lo que se va a hacer. Una vez conseguida, se busca su mejor posición para mostrarla, se nivela si es necesario, se hace un trabajo de pulido, y se coloca su sellado y vitrificado.
Quinta etapa: Se preparan las bases, las cuales pueden ser de fierro (espesor de 2 mm con el fin de soportar el peso de su cubierta) o de la madera nativa escogida. Para ambos casos, tenemos dos equipos de especialistas, cada uno experto en su área.
Sexta etapa: Se unen las bases y la cubierta o sus partes, se arreglan detalles y terminaciones. Finalmente, se prepara cuidadosamente para ser entregada.